EL ETERNO CICLO DE LA NOSTALGIA

"Definitivamente no hay nada como los animes de antes" "Tantos animes hoy día y todos malos" "bla, bla,bla..."

Quizá hayamos escuchado alguna vez estos comentarios (excepto quizá el "bla, bla, bla") y es que la nostalgia es una fuerza poderosa. Para alguien como yo, que se ha movido entre dos generaciones (la que corresponde a mi infancia y adolescencia de finales de los noventa y la generación de niños y jóvenes de principios del 2000 hasta la fecha), ha sido relativamente obvio reconocer que cada época deja una marca en las personas, una marca mediática, signada por los programas más significativos, que para el caso son los programas de anime con los que hayamos tenido contacto durante nuestra juventud.

Es de cierta manera natural para las personas atesorar un "show" de televisión, en particular cuando el internet y el acceso al "cable" o "Perubólica" (:P) era impensable para la amplia mayoría de Colombianos (pues como sabemos, éste es uno de los países más inequitativos del mundo).  Entonces, al encontrar muy pocas opciones de anime, y en un mundo aún no globalizado, la afición por un anime podía convertirse fácilmente en auténtico fanatismo. Como consecuencia, suele haber una suerte de "resistencia" a nuevos productos porque la comparación con el anime que nos gusta es inevitable y el ensueño en el que nos deja (casi como un enamoramiento) hace que no recibamos nuevos animes con el mismo entusiasmo. A esto me refiero con la fuerza de la nostalgia. El anhelo de revivir la misma sensación que nos transmitía ese anime que nos enamoró puede ser altamente adictivo, casi cegador.
Ahora bien, también hay que resaltar el asunto de la oferta actual de anime. Internet ha revolucionado la forma de ver anime. Ya no dependemos de los canales locales, ni siquiera del "cable" para poder ver programas de animación japonesa que, de otra manera, jamás hubiésemos sabido que existían. Por supuesto, hay que saber buscar también. Pero el hecho es que esa oferta ingente de programas hace que sea más difícil concentrarse en un solo (o algunos pocos) programas de anime. El fanatismo sigue existiendo, claro, y la explicación puede ser que, sencillamente,  los jóvenes hoy día (en realidad siempre ha sido así) sienten la necesidad de agruparse, de sentirse "parte de" y es un poco más fácil para un joven seguir a la mayoría y hacerse fan de cierto anime  para "estar en onda"  que arriesgarse a una búsqueda relativamente solitaria de un anime menos conocido.
Sea como sea, hoy hay fans de ciertos animes que son el estándar, lo que significa que cuando sean adultos o personas de edad, recordarán con anhelo esos programas y revivirán los estados afectivos que les suscitaron, y quizá terminen diciendo a los niños y jóvenes de la nueva generación "¿A usted le gusta eso? Definitivamente no hay nada como los anime de antes"